Cuando me diagnosticaron las enfermedades, lo único nuevo para mi fue ponerles nombre, yo ya sabía que algo ocurría mucho tiempo antes. De repente, cuando le ponen un nombre, parece que ya estás reconocida como paciente, como que realmente te ocurre algo, cuando lo cierto es que me ocurría lo mismo antes y después de ponerle los nombres, mi dolor era el mismo con o sin nombre, pero yo sabiendo como se llamaban gané recursos, gané información y eso es lo más importante de tener un diagnóstico, saber como se llaman las que a partir de ese momento se confirman como compañeras de vida, pues al ser enfermedades crónicas, sabes que llegan para quedarse y eso te coloca en otro sitio, al menos a mi me colocó en otro lugar, pasé del lado de la espera, una espera para saber que me ocurría, al otro lado, al lado de tomar decisiones y poder actuar al respecto.
Nunca me he sentido una víctima de nada, lógicamente sufrí un bajón emocional y una confusión inicial al conocer el diagnóstico, que te digan que el dolor te acompañará toda tu vida no es una buena noticia, pero entendí al poco tiempo, que comenzaba para mi una nueva vida, sólo tenía que adaptarme y vivir, y si algo me caracteriza creo que es mi capacidad de adaptación ¿a quien no le cambia la vida en algún momento?
La vida no es siempre como imaginamos, a veces es mejor, y eso es lo que me ocurrió a mi, con el diagnóstico y la toma de contacto con mi nueva realidad, surgió en mi una nueva persona, que desde entonces hasta hoy, ha ido superándose día a día siempre con el apoyo de mi familia, y lo cierto es que cada objetivo conseguido me sabe a gloria y esa capacidad de saborear los logros también me ha venido como muchas otras cosas positivas gracias a convivir con el dolor.
Pasar de la espera a la acción me hizo no ser víctima, me hizo ser mejor, y a día de hoy no cambiaría mi forma de vivir la vida, gracias entre otros a lo que mis compañeras de vida me han enseñado, han sido unas grandes maestras y estoy agradecida.
No soy víctima, como cualquiera, tengo dificultades y retos, pero... ¿Quién no?
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