Hace tiempo mi situación personal me llevó a valorar cada día, cada logro, cada paso...
Hace ya 20 años la vida para mí pasaba a un ritmo lento, muy lento. Me costó asumirlo, mi cuerpo no respondía a la edad que correspondía y me rebelé durante bastante tiempo, un tiempo que más tarde comprendí, fue un aprendizaje, un aprendizaje que me llevó a valorar cada día.
Hoy voy más allá, valoro momentos, momentos presentes y disfruto objetivos reales, eso me ha permitido recuperar mi ser, reconocerme, disfrutar con mi familia, practicar deporte, escribir, soñar, plantearme nuevos objetivos y sobre todo agradecer y valorar cada día.
La actitud influye en la vida y te acerca a tus sueños.
Dicen que lo que no se comparte, desaparece, así que comparto cada día.
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